¿Te cruzaste con esas marcas redondas en la espalda de atletas y te quedaste con la intriga? No son golpes. Es el rastro más visible de la terapia con ventosas, una técnica antigua que volvió a las camillas modernas por su promesa de alivio muscular y relax profundo. En Relaxmo vamos a ir al grano: qué es, cómo se siente de verdad y cuándo tiene sentido usarla, sin humo ni exageraciones. Empezamos por la base para que cualquiera, desde quien nunca la probó hasta un terapeuta curioso, entienda de qué va.
¿Qué es la terapia con ventosas?
La terapia con ventosas, conocida en inglés como cupping therapy, es una técnica manual donde se colocan copas sobre la piel para crear succión. Al extraer el aire de la copa con fuego o con una bomba manual, se forma un vacío que “tira” suavemente de la piel y de los tejidos superficiales. Esa presión negativa provoca un aumento del flujo sanguíneo local y una sensación de tirantez firme pero tolerable que, para muchos, se traduce en alivio y ligereza muscular.
Se aplica con más frecuencia en espalda, hombros y cuello, aunque también puede utilizarse en piernas y brazos según el objetivo. No requiere fármacos ni inyecciones profundas. Su origen está ligado a prácticas tradicionales de Asia y Medio Oriente, aunque hoy la verás en consultorios de fisioterapia, centros de masaje y spas.
Claves rápidas para ubicarla:
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El efecto se logra con vacío, no con presión hacia abajo como en un masaje clásico.
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Las marcas circulares son temporales y cambian de color a medida que se reabsorben.
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Puede colocarse de forma estática o deslizarse con aceite para un efecto tipo masaje.
Orígenes e historia de la ventosaterapia
La idea de crear vacío sobre la piel es vieja de verdad. Hay rastros en textos médicos de China y en registros egipcios como el Papiro de Ebers, que describen prácticas similares para aliviar congestiones y dolores. En Medio Oriente tomó la forma de la hijama, donde algunas escuelas combinaban la succión con pequeñas incisiones superficiales. Durante siglos se usó para molestias respiratorias, fiebre y dolor muscular, casi siempre en clave tradicional. Con la expansión de la medicina convencional en Occidente fue perdiendo peso durante el siglo XX, en parte por falta de estudios y por el recelo académico. Luego llegó el giro: atletas y figuras públicas la pusieron otra vez en escena y muchos recordaron aquellas fotos de Michael Phelps con círculos oscuros en los Juegos de 2016. Desde entonces se ofrece en clínicas de fisioterapia, centros de masaje y spas de medio mundo. ¿Conclusión? No nació en Instagram. Es una técnica con siglos de rodaje que atravesó altibajos y hoy se usa en contextos modernos, con estándares de higiene y criterios más medibles. En la próxima sección pasamos del “de dónde viene” al “cómo funciona” para entender qué hace realmente esa succión controlada sobre el tejido.
¿Cómo funciona la terapia con ventosas?
Todo gira en torno al vacío. Al colocar la copa y extraer el aire con fuego o con una bomba manual, se crea presión negativa que “tira” de la piel hacia arriba. Ese tirón eleva ligeramente los tejidos, aumenta el flujo sanguíneo local y genera una sensación de descompresión distinta a la de un masaje que presiona hacia abajo.
Desde la mirada de la medicina tradicional china, el dolor aparece por estancamiento de sangre o de Qi. Las ventosas se usan para “mover” ese estancamiento, a veces sobre puntos de acupuntura o puntos dolorosos, con la idea de reequilibrar el organismo.
Si lo traducimos al lenguaje fisiológico moderno, la succión podría provocar una respuesta inflamatoria local controlada que ayuda a modular el dolor, además de aumentar la circulación sanguínea y linfática en la zona. Hay trabajos que proponen, incluso, un efecto sobre el sistema nervioso autónomo con liberación de endorfinas, lo que explicaría por qué mucha gente reporta alivio y relax después. No hay consenso total, pero estas son las hipótesis más aceptadas hoy.
En la camilla se siente como una tirantez firme que va aflojando a medida que la piel se adapta. El área suele quedar caliente y enrojecida por la mayor perfusión. Esa es la base de todo: una succión controlada que estimula, moviliza y descomprime sin agujas ni fármacos.
Tipos de ventosas y técnicas de aplicación
No todas las ventosas hacen lo mismo ni se aplican igual. Acá te compartimos un mapa visual para elegir sin perderte.
Modalidades
Succión sin cortes
La opción más usada en consultorios y spas. Alivio muscular localizado y sensación de descompresión.
Hijama con incisión superficial
Succión con extracción mínima de sangre. Requiere técnica, material estéril y descarte correcto.
Cómo se genera el vacío
Vidrio y calor breve
La llama consume oxígeno y crea vacío. Sensación firme y estable sobre la piel.
Plástico con pistola
Permite regular la presión con precisión. Muy práctico para sesiones progresivas.
Técnicas de colocación
Fijas en un punto
Entre 5 y 15 min por zona puntos gatillo dolor localizado
Deslizantes con aceite
Cobertura amplia y efecto tipo masaje profundo. Ideal para fascias tensas.
Colocar y retirar
Intervalos de segundos en varias repeticiones. Estímulo rápido con menos marcas.
Materiales y tamaños
Compatibles con fuego
Clásicos y estables. Buen sello en espalda, hombros y muslos.
Ajuste sencillo
Kits con varios diámetros. Útiles para progresiones de succión.
Flexibles
Muy cómodas para técnicas deslizantes y zonas curvas.
Elegí según área
Chicos para cuello y articulaciones. Grandes para espalda y muslos.
Consejos rápidos
Para deslizar sin tirones
Facilita el recorrido parejo y reduce fricción en dinámicas.
Tiempo y succión moderados
Primera experiencia o piel reactiva pide parámetros suaves.
En modalidad húmeda
Guantes, material estéril y descarte seguro como en un procedimiento médico.
¿Cómo es una sesión de terapia con ventosas?
La experiencia es bastante directa y, si está bien hecha, más relajante de lo que parece a simple vista. Paso a paso:
1) Preparación
El profesional evalúa la zona, te explica el plan y limpia la piel. Si va a usar ventosas deslizantes, aplica un poco de aceite para que se muevan sin tironear.
2) Colocación de las copas
Vas a sentir la copa apoyarse y, al sacar el aire, una succión firme. La sensación se parece a un pellizco que afloja a los segundos, más curiosa que dolorosa.
3) Duración típica
En técnica estática, las copas quedan entre 5 y 15 minutos según tolerancia y criterio del terapeuta. Si se trabaja en modo masaje con ventosa, la ventosa se mueve y la intervención dura similar a un masaje focalizado, 15 a 30 minutos en el área.
4) Retirada
Al entrar aire, la copa se despega fácil. La piel queda enrojecida y algo hinchada por el aumento de flujo; es esperable. Muchas veces aparecen marcas circulares rojo-violáceas que asustan al que no las conoce, pero suelen ser indoloras.
5) Después de la sesión
Se limpia la zona y, a veces, se coloca una crema calmante. Recomendación habitual: abrigar el área y tomar agua. Las marcas cambian de color en los días siguientes y, en promedio, desaparecen en torno a una semana, según tiempo de aplicación y tipo de piel.
6) Comunicación y ajustes
Buena práctica: el terapeuta te muestra las copas, te cuenta qué vas a sentir y te invita a avisar si algo molesta para bajar intensidad o quitar una ventosa. Esto evita sorpresas y mejora la experiencia.
Pequeño tip para primera vez: arrancar con menos succión y tiempos cortos, y evaluar cómo responde tu piel antes de ampliar el trabajo.
¿La terapia con ventosas duele o deja marcas permanentes?
La lógica indica que no debería doler. Lo que se siente al principio es una succión firme, parecida a un pellizco que se afloja a los segundos. Mucha gente lo describe como un masaje profundo, pero al revés, porque en lugar de presionar, tira del tejido.
Sobre las marcas: son habituales y no significan golpe. Se debe a acumulación de sangre en superficie por la succión, no a un traumatismo. Al tacto no suelen doler; quizá quede la zona un poco sensible.
¿Se van solas? Sí. Cambian de color con los días y suelen desaparecer por completo en torno a una semana, según tiempo de aplicación y tu tipo de piel.
¿Y si duele?
La sesión no busca dolor agudo. Si aparece molestia fuerte, el terapeuta debe aflojar la succión o quitar la copa. La idea es terapéutica, no una prueba de resistencia.
Señales para ajustar o posponer
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Piel muy reactiva o problemas de coagulación: pueden salir moretones más amplios o tardar más en irse. Conviene evaluar con un profesional.
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Técnica con fuego mal aplicada o succión excesiva: puede generar dolor, ampollas o incluso quemadura leve. Por eso se recomienda acudir a practicantes experimentados.
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Siempre con diálogo: explicar qué se va a sentir y avisar al terapeuta si algo molesta evita sorpresas y mejora la experiencia.
En resumen práctico: bien hecha, se siente intensa pero llevadera, deja marcas temporales y no debería doler. Si duele mucho, se ajusta. Si tenés dudas por tu piel o medicación, consultá antes y comunicalo en la entrevista inicial con el especialista.
Beneficios y usos de la terapia con ventosas
Es importante destacar que muchos de estos beneficios provienen de la experiencia clínica tradicional y testimonios de pacientes, más que de pruebas científicas contundentes (más adelante analizaremos la evidencia científica disponible). Entre los beneficios y usos más comunes se incluyen:
Alivio del dolor muscular y articular
Es el uso más pedido. Se aplica en espalda baja, cuello, hombros y piernas para aflojar molestias que se sienten cargadas o “duritas”. Muchos pacientes notan alivio al combinar ventosas con masaje u otras técnicas.
Disminución de la tensión y contracturas
La succión “levanta” el tejido y facilita una liberación miofascial que ayuda a desarmar nudos. Resultado típico: músculos más blandos y mejor rango de movimiento.
Mejora de la circulación sanguínea y linfática
El vacío genera hiperemia local y podría acelerar la eliminación de subproductos inflamatorios. También estimularía el drenaje linfático de la zona trabajada.
Apoyo en procesos inflamatorios leves y recuperación deportiva
Tras la fase aguda de una sobrecarga o tirón chico, algunas personas usan ventosas para desinflamar más rápido y volver a moverse sin tanta rigidez. Útil como parte de un plan de rehabilitación.
Efecto relajante y anti-estrés
Pasados unos minutos, el cuerpo entra en modo calma. Varias personas reportan menos ansiedad y una sensación de relax comparable a un masaje profundo.
Complemento de otras terapias
Suele combinarse con masaje terapéutico, fisioterapia, acupuntura o moxibustión para potenciar resultados. En sesiones mixtas se alterna ventosa estática para puntos gatillo y deslizante para fascias tensas.
Usos tradicionales y fines estéticos (con evidencia limitada)
En tradiciones como la medicina china se ha usado para digestivo, migrañas, resfriados y congestión pulmonar; también se la ve en abordajes de acné o celulitis en contextos estéticos. Estas aplicaciones forman parte de la historia de la técnica, aunque no siempre cuentan con respaldo científico sólido.
¿Qué beneficio esperar primero?
Si sos nuevo, lo más habitual es notar alivio de tensión y una sensación general de ligereza en las horas posteriores. Después, según el caso, puede sumarse mejor movilidad y descanso más profundo esa noche.
Evidencia científica: ¿Realmente funciona la terapia con ventosas?
Llegamos a un punto crucial: más allá de la experiencia tradicional y los testimonios, ¿qué dice la ciencia sobre la eficacia del tratamiento con ventosas? Vamos a examinar la evidencia científica disponible hasta la fecha, citando algunos estudios relevantes:
Dolor lumbar crónico: señales de alivio clínicamente relevante
La revisión reporta mejoras en dolor y discapacidad frente a control. Señala potencial como complemento en planes de manejo de dolor lumbar crónico.
Dolor: evidencia baja a moderada; se necesita mejor investigación
El mapeo de Frontiers sintetiza que la evidencia disponible para resultados de dolor es de baja a moderada. Útil como complemento, falta estandarizar dosis, intensidad y calidad de ensayos.
Visión práctica: utilidad posible, prudencia en las promesas
Resumen independiente que coincide en beneficios potenciales para dolor y subraya límites de la evidencia. Recomienda protocolizar sesiones y no reemplazar tratamientos médicos.
Calidad de estudios: baja ↔ moderadaUso: complemento
Riesgos, efectos secundarios y contraindicaciones
Ahora pasemos al aspecto de la seguridad: ¿qué tan segura es la terapia con ventosas y en qué casos no debería aplicarse? Lo positivo es que, en manos de un profesional capacitado, se considera un procedimiento bastante seguro y con muy pocos efectos adversos serios. No obstante, existen algunas precauciones importantes:
- Marcas y hematomas: Como ya explicamos, las ventosas dejan marcas circulares que técnicamente son hematomas Esto no es peligroso y es de esperar. Sin embargo, personas con piel muy sensible o problemas de coagulación podrían tener moretones más extensos o tardar más en sanar.
- Dolor o quemaduras: Si la técnica se realiza mal (por ejemplo, se deja la ventosa demasiado tiempo o se aplica succión excesiva), sí puede causar dolor en la piel e incluso ampollas. En ventosas con fuego, si no se tiene cuidado podría haber riesgo de quemadura Por eso es crucial acudir a practicantes experimentados.
- Infecciones (caso de ventosas húmedas): En la modalidad de ventosa húmeda, al haber incisiones y extracción de sangre, existe un pequeño riesgo de infección si no se toman medidas de esterilidad Todo el material debe ser desechable o esterilizado, y la piel debe desinfectarse correctamente. Las ventosas secas en cambio no rompen la piel, así que el riesgo infeccioso es mínimo.
- Mareos u otros efectos pasajeros: Algunas personas (pocas) pueden experimentar mareo, sudor frío o náuseas durante o después del tratamiento, posiblemente por la vasodilatación o por reacción vagal al estímulo. Por ello, es bueno comenzar con pocas ventosas la primera vez, e incorporar al paciente lentamente tras la sesión (que no se levante de golpe).
- Contraindicaciones absolutas: Hay situaciones en las que no se debe realizar la terapia con Por ejemplo, en personas con problemas graves de coagulación o enfermedades sanguíneas (hemofilia, anemia severa), quienes toman anticoagulantes fuertes, pacientes con insuficiencia cardíaca, renal o hepática descompensada, o con marcapasos (por precaución). Tampoco se debe aplicar sobre zonas donde haya heridas abiertas, quemaduras, fracturas recientes, trombosis venosa o infección activa en la piel.
- Embarazo: Si bien no está totalmente contraindicado, no se recomienda aplicar ventosas en el abdomen ni en la zona lumbar de mujeres embarazadas. En otras áreas (como hombros) podría ser posible con suavidad, pero siempre bajo aprobación médica. La prudencia
- Edad y estado del paciente: En niños muy pequeños o ancianos frágiles se debe tener un cuidado especial o evitar directamente, ya que su piel es más También evitar en personas extremadamente debilitadas, con fiebre alta o inmediatamente después de comer (en este último caso, para no alterar la digestión).
- Consulta profesional: Recomendaremos que, si alguien tiene dudas sobre si la terapia con ventosas es segura para su condición particular, consulte primero con un médico o profesional de la Y siempre informar al terapeuta de ventosas sobre cualquier condición médica que se tenga antes de la sesión.
Sí se puede / No se debe
Resumen rápido. No reemplaza evaluación individual.
Situación | Sí se puede | No se debe |
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Adulto sano: aliviar tensión muscular/estrés | Sí | |
Piel sensible o tendencia a moretones leves parámetros suaves, tiempos cortos | Sí | |
Embarazo | Zonas como hombros suave y con aval médico | Abdomen y zona lumbar |
Trastornos graves de coagulación o anticoagulantes potentes | No | |
Insuficiencia cardíaca/renal/hepática descompensada | No | |
Lesiones o afecciones locales: heridas, quemaduras, infección activa, fractura reciente | No | |
Trombosis venosa profunda activa | No | |
Situaciones temporales: fiebre alta, inmediatamente después de comer, síntomas de mareo durante sesión | No | |
Ventosas húmedas (hijama) solo con técnica estéril y profesional competente | Sí |
La terapia con ventosas en la práctica profesional (Consejos para masajistas y terapeutas)
Formación y capacitación
Antes de ofrecer ventosas en camilla, invertí en cursos serios. No es solo “poner copas”: anatomía, puntos útiles, intensidad y precauciones hacen la diferencia en seguridad y resultados. Esto se enseña en talleres específicos y mejora la confianza del cliente.
Equipo y materiales
Trabajá con kits confiables: copas de plástico con bomba en varios tamaños y de silicona para deslizantes. Limpieza y desinfección constantes. Si hacés hijama, aplicá protocolos de procedimiento médico: guantes, material estéril y descarte correcto.
Integración inteligente en la sesión
Funciona muy bien como “plus” dentro del masaje: calentá la zona con maniobras manuales, dejá ventosas fijas unos minutos donde haya más contractura mientras seguís trabajando otra área, o usá deslizantes para fascial y retomá amasamientos. Suele percibirse como más alivio en menos tiempo.
Parámetros prácticos: tiempo e intensidad
En estáticas, movete en el rango de 5 a 15 minutos según tolerancia. El masaje con ventosa suele llevar 15 a 30 minutos en el área. Evitá succión excesiva o tiempos largos: aumentan el riesgo de ampollas o quemaduras, sobre todo con fuego.
Higiene y seguridad en ventosa húmeda
Cuando hay incisión, la barrera de seguridad cambia. Usá material estéril, desinfectá piel y descartá punzantes como corresponde. En ventosas secas, el riesgo infeccioso es muy bajo si el equipo está limpio.
Comunicación y consentimiento
Mostrá las copas, explicá la sensación de succión y las marcas, y pedí aviso si hay molestia para ajustar o retirar. Dejá asentado el consentimiento informado. Una conversación clara reduce sorpresas y sube la satisfacción.
Personalización del plan
No todos son candidatos ideales. Ajustá intensidad y técnica al perfil: más intensa y orientada a recuperación en deportistas; más suave en mayores o aprensivos con los moretones. La personalización manda.
Ética y límites
Sin promesas mágicas. Presentala como complemento, seguí la evidencia disponible y priorizá seguridad y bienestar. Mantenerse actualizado es parte del servicio.
Cuándo derivar o evitar
Derivá o posponé si hay trastornos de coagulación, anticoagulación potente, insuficiencia cardíaca/renal/hepática descompensada, marcapasos, trombosis venosa, heridas, quemaduras o infecciones cutáneas activas. En embarazo, no trabajar abdomen ni lumbar; otras zonas solo suaves y con aval médico.
Checklist final para la sesión
Secuencia práctica para masajistas y terapeutas. Rápida, clara y lista para usar en camilla.
Historia breve + consentimiento
Consulta contraindicaciones, explica sensación y marcas, y deja asentado el consentimiento informado.
Setup y prueba de sello
Elegí copas y tamaño. Verificá higiene, aplica aceite si habrá deslizantes y probá el sello antes de avanzar.
Succión progresiva
Arrancá suave y ajustá según tolerancia. En zonas puntuales, dejá estáticas. Para fascias tensas, usá deslizantes.
Tiempo y control
Mantené el reloj a la vista. Estáticas de 5 a 15 min según piel. Observá coloración y confort para ajustar o retirar.
Aftercare + registro
Limpiá la zona, abrigá y recomendá hidratación. Anotá áreas trabajadas, tiempos, intensidad y reacción del paciente.
Conclusión y recomendaciones finales
La terapia con ventosas ha pasado la prueba del tiempo: desde las antiguas civilizaciones hasta las clínicas modernas, sigue utilizándose para aliviar dolores y mejorar el bienestar. ¿Funciona? La experiencia de muchos pacientes y profesionales dice que sí proporciona alivio en numerosas situaciones, especialmente para dolores musculares y estrés, y la ciencia comienza a respaldar algunos de estos usos (aunque aún con evidencia limitada). ¿Es para todos? No, como cualquier terapia tiene sus indicaciones y contraindicaciones; pero aplicada por manos expertas es generalmente segura y puede ser un gran complemento a otras terapias.
Recomendación para el público general: Si sientes curiosidad por probar el tratamiento con ventosas, busca un terapeuta certificado o masajista profesional con experiencia en el tema. Comunícale tus expectativas y cualquier condición de salud que tengas. Ve con la mente abierta, pero también informada: no esperes un remedio mágico, pero sí es posible que encuentres alivio y te sientas más relajado tras la sesión. Y no te asustes por las marcas, ¡lleva esas medallas circulares con orgullo temporal sabiendo que indican que le has dado un cariño a tu cuerpo!
Recomendación para profesionales: Incorpora las ventosas en tu caja de herramientas terapéuticas si sientes que pueden beneficiar a tus pacientes. Siempre con responsabilidad, capacitación y adaptándolo a cada caso individual. Observa las reacciones de tus clientes, recoge su feedback y sigue formándote en técnicas complementarias. Una terapia bien aplicada, sumada a tu pericia profesional, puede marcar una gran diferencia en el alivio que brindas.
En conclusión, el tratamiento con ventosas es una fascinante convergencia entre la sabiduría tradicional y las tendencias de salud actuales. Aún estamos entendiendo todos sus alcances científicos, pero usado con criterio puede ofrecer resultados positivos. Te invitamos a que, ya sea como usuario en busca de bienestar o como terapeuta, te acerques con respeto y conocimiento a esta técnica milenaria. ¡Tu cuerpo (o el de tus pacientes) te lo agradecerá!